Aprender a oír el silencio, aprender a escucharlo
apreciar lo de el conocido y buscar lo ignorado
traducir su contenido entre un susurro y un suspiro
y saber que nunca ha fallado, el silencio, tu amigo.
Más letal que una bala, más doloroso que un chillido
más aterrador que el miedo al camino desconocido
aliado en tu busca de ese ser, el más querido
compañero en el que apoyarse en ese amor no correspondido.
Distancias infinitas reducidas a un instante
lo que dura un latido, lo que tu corazón aguante
guerras históricas resueltas por un sonido
la nota mas perfecta, esa ausencia de ruido.
domingo, 18 de marzo de 2012
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